El injerto capilar es una técnica que permite recuperar el cabello perdido por la alopecia o la calvicie. Consiste en extraer folículos pilosos de una zona donante, generalmente la nuca o los laterales de la cabeza, e implantarlos en la zona receptora, donde se desea aumentar la densidad capilar.
Sin embargo, muchas personas que quieren someterse a un injerto capilar tienen dudas sobre si es necesario raparse el pelo antes o después de la intervención. Esto puede suponer un inconveniente estético o una dificultad para ocultar las cicatrices o las costras que se forman durante el proceso de cicatrización.
La buena noticia es que existe la posibilidad de realizar un injerto capilar sin raparse por completo, es decir, manteniendo el pelo largo la zona receptora. Esta opción tiene varias ventajas, como:
– Evitar el cambio radical de imagen que supone pasar de tener el pelo largo a corto.
– Reducir el estrés y la ansiedad que puede generar el rapado del cabello.
¿Cómo se hace un injerto capilar sin un rapado por completo?
Para realizar un injerto capilar sin un rapado por completo, se utiliza la técnica FUE (Follicular Unit Extraction), que consiste en extraer los folículos uno a uno con una herramienta especial llamada punch. El diámetro del punch debe ser muy pequeño, entre 0,7 y 0,9 milímetros, para evitar dejar cicatrices visibles.
El cirujano debe tener mucha experiencia y habilidad para seleccionar los folículos adecuados y extraerlos sin dañarlos. Además, debe tener en cuenta el ángulo y la dirección del crecimiento del pelo para que el resultado sea natural y armonioso.
El proceso de implantación también requiere de mucha precisión y delicadeza, ya que se deben realizar unas incisiones muy finas en la zona receptora para introducir los folículos sin dañar el pelo existente.
El injerto capilar sin rapar suele durar más tiempo que el convencional, ya que se trabaja con mayor detalle. Por lo tanto, el precio también suele ser más elevado.
¿Quién puede optar al injerto capilar sin rapar?
No todas las personas son candidatas al injerto capilar sin rapar. Algunos factores que influyen son:
– El tipo y grado de alopecia. El injerto capilar sin rapar está indicado para casos de alopecia androgenética leve o moderada, donde la zona donante tiene suficiente densidad y calidad de pelo. No se recomienda para casos de alopecia difusa o avanzada, donde la zona donante está debilitada o afectada.
– El tipo y longitud del cabello. El injerto capilar sin rapar es más fácil de realizar en personas con el pelo liso o ligeramente ondulado, ya que se adapta mejor a las incisiones. El pelo rizado o afro puede dificultar la implantación de los folículos. Además, el pelo debe tener una longitud mínima de unos 10 centímetros para poder cubrir las zonas intervenidas.
– Las expectativas del paciente. El injerto capilar sin rapar ofrece un resultado natural y discreto, pero no permite aumentar mucho la densidad capilar ni modificar la línea frontal del cabello. Por lo tanto, el paciente debe tener unas expectativas realistas y acordes con sus posibilidades.
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